El Encuentro by Jose A Gomez at Spillwords.com

El Encuentro

El Encuentro

written by: Jose A Gomez

 

Estoy en camino al cementerio de Cataño lleno de tristeza y dolor, y a la vez confundido por no poderme explicar logicamente lo que me occurió apenas hacen dos dias atras. Voy a empezar a contar lo que sucedió la noche del dia en que regrese a Puerto Rico, de las vacaciones que tuve en Nueva York. Bueno, estuve aproximadamente un mes visitando a mi familia y haciendo un million de cosas que ni en sueños pensé eran posibles.

Al regresar a Puerto Rico, despues que aterrizó el avión, aplaudimos y hasta le dimos una ovación de pies al piloto por habernos traídos sanos y salvos a la isla. Me bajé del avión y rapidamente sentí el calor único y la suave brisa tropical que siempre corre por todo este aeropuerto y que suele ser normal en la isla de Puerto Rico. Deseoso de llegar a mi casa en Bahía, Cataño, para saludar a mis panitas y caer de nuevo en la rutina que tanta falta me hacia y que habia hechado de menos este ultimo mes. Me monté en un taxi y al poco rato estabamos ya en Cataño; pueblo lleno de amor y alegria donde se hacia el major pan de agua y sobao del norte de Puerto Rico y de las fiestas patronales mas alegres y pintorescas de toda la isla  que hasta la Virgen del Carmen estaba orgullosa.

Llegue a mi casa, desempaque la maleta y luego me fuí a la calle a ver si veía a algun amigo para que me pusiera al dia de los que estaba occuriendo en el barrio. Caminando al rato me encuentro con unas amistades. Nos saludamos y me preguntan:

 Joe, ¿como estas?

 Lo mas bien, gracias, le contesté. ¿y ustedes?

 bien, me contestaron. Les dije, yo acabo de llegar del aeropuerto porque estuve un mes por Nueva York visitando a la familia; cuentenme, ¿que hay de nuevo por ahí?

Bueno,en un mes que estuvistes en Nueva York no han habido muchos cambios si alguno, ahora te dire que esta noche en la casa de Teresa, tu sabes, Tere, la rubia de pelo largo, lo mas bonita ella…..

 si, si me acuerdo de ella. Bueno parece que mucha gente va para su casa ya que tiene una fiesta de marquesina y tu sabes que en las fiestas de marquesina siempre empiezan y terminan buenas,bien bravas.

Nosotros pensamos esta noche ir para allá.

 Perfecto, dije yo. Ahora tengo un sitio en donde puedo ir para celebrar mi regreso a Puerto Rico. Asi que nos vemos esta noche en la casa de Teresa.

Okay, Joe; chevere.

(Las fiestas de marquesina logicamente eran en la marquesina y a veces se extendian al patio de la casa pero nunca adentro de ella excepto si tenias que usar el baño. Se hacia una colecta y con ese dinero se compraban refrescos y entremeses, a veces algunos padres aparte de donar la marquesina preparaban algunas cositas para que los muchachos picaran. Los que llegaban luego y por ende no habian dado para la colecta, siempre traian alguna cosita para añadir a los refrescos o entremeses.)

Despues de hablar con mis amistades me regresé a la casa para contarle a mi hermano sobre la fiesta de esa noche en la casa de Teresa. Mi hermano y yo eramos mejores amigos; el era un año mayor y nos pasabamos para arriba y para abajo todo el tiempo. Yo tenia otro pana fuerte, Orlando, que posiblemente iba a ver esta noche.

Como a las ocho de la noche mi hermano y yo estabamos listos para ir a la fiesta. En el camino a ella ibamos a comprar unos refrescos para no llegar con las manos vacias. Al llegar a la fiesta esta estaba predindida y llena de gente; habian muchachos hasta en la acera de la calle. Bueno todo se veía como que iba hacer una noche de mucho vacilon.  Entramos en la marquesina y vimos a Teresa. La saludamos y le entregamos los refrescos. Ellas los puso en un balde de metal que estaba lleno de hielo, para que se enfriaran. La musica que estaban tocando en el stereo estaba bien brava. Rapidamente saque una muchacha para bailar y mi hermano hizo lo mismo.

¡Que mucho estabamos disfrutando la fiesta!

Estuvimos bailando como locos por un tiempo. Al rato me dio con ir al baño, que estaba dentro de la casa. Al salir del baño y pasar por la sala de una esquina de ella vi salir a mi pana, Orlando.

Orlando mi buen amigo era porteador del periodico, El Nuevo Dia y se buscaba unos chavitos semanales que siempre ayudan para la causa de uno. Orlando siempre me decia que cuando se graduara de la High, iba a estudiar Leyes para hacer dinero de verdad y en grande. El tenia una amiguita de la infancia que se llamaba Jennie y se pasaban juntos 24/7. Jennie en realidad no era su novia, simplemente su amiga. Ella tambien era muy amiga mia y a veces nos reuniamos en la casa de ella a jugar cartas y otros juegos de mesa.

Yo miro a Orlando y digo “Orlando, mi pana, ¿como estas?.

El me contesta, bien Joe. ¿y tu?

bien, gracias Orlando.”

Nos acercamos y nos estrechamos las manos con un medio abrazo.

“Que alegria brother, dije yo. Estuve un mes por Nueva York y estaba loco por regresar. Orlando me dice, me alegra mucho de verte. Yo le pregunto, oye Orlando, ¿en donde esta Jennie? no la he visto por ahí pero se que ella esta aquí contigo porque ustedes son como uña y carne.

 Jennie se quedo en la casa, me contesta Orlando. No se sentia bien, estaba un poco malita.

 Yo digo, hay que pena, ya en la próxima fiesta compartiremos con ella.

Estuvimos hablando un rato largo en la sala y el tiempo volaba. De momento oigo una salsa de Ray Barreto (Quitate La Mascara) y le digo a Orlando:

 brother, voy a bailar esa salsita.

El me dice, ve, yo voy a esta aquí un ratito mas.

Okay dije yo; te veo ya mismo.

Salí a la marquesina y bailé varias salsas. Al regresar a la sala ya mi pana no estaba. Pensé que estaria en otra parte del baile pero las horas pasaron, no lo volví a ver y llego el tiempo de regresar a mi casa con mi hermano. Estabamos muy contentos porque habiamos disfrutado mucho en la fiesta.

Al dia siguiente pasé por la casa de Jennie a ver como ella se sentia ya que Orlando la noche anterior me habia dicho que Jennie estaba un poco malita. Ya al frente de su casa la llame:

“Jennie, Jennie”

y ella abre la puerta y al verme me dice:

 Joe ¿como estas?, hacia tanto tiempo que no te veía.

Ella se acerco a mi y me abrazó fuertemente, lo cual me sorprendió muchisimo porque esa reación estaba fuera de su forma de hacer; por lo menos conmigo.

 Jennie, estuve un mes por Nueva York, visitando a familiares por eso tu no me habias visto. Llegue ayer en la mañana y anoche hubo una fiesta en la casa de Teresa y mi hermano y yo estuvimos allí hasta que se acabo. Yo estuve un rato con Orlando y me sorprendió el no verte, como ustedes siempre estan juntos… El me dijo que tu estabas malita y por eso vine a verte.

Jennie me escuchaba y me miraba con asombro y algo confusa por lo que yo le estaba diciendo. Ella me dice con voz entrecortada :

Joe, ¿tu no sabes lo que le pasó a Orlando?

No, le contesté; preocupado que algo le habia ocurrido durante la noche.

¿Que le pasó? Anoche cuando hable con el estaba muy bien.

Jennie, con la cara de sorpresa y lagrimas en sus ojos me dice “Joe, no puede ser verdad lo que tu me estas diciendo porque hacen dos semanas que Orlando se murió.

 ¿Como? dije yo.

 Si, se mató en un acidente automobilistico.

No puede ser, si anoche estuvimos juntos en la fiesta de Teresa.

De momento sentí un frío se que apoderó de todo mi cuerpo. Jennie se acerco y me abrazo por un rato largo y con mucha pena y dolor nos despedimos.

Hoy estoy de camino al cementerio donde reposan los restos mortales de quien en vida y en la muerte fué mi gran amigo, Orlando. Sigo sin poder entender porque Orlando se me presentó en la fiesta de Teresa pero no me sorprendo mucho porque el era mi amigo fuerte.

La vida esta llena de misterios y hechos inexplicables y este es tan solo uno de ellos.

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