El Féretro written by José A Gómez at Spillwords.com

El Féretro

a short story

written by: José A Gómez

 

Esto sucedio en el año 1955, el sitio, una antigua casa en el viejo San Juan, en donde el patriarca de dicha casa había muerto el día anterior, las consecuencias de la muerte de este individuo se estaban investigando por las autoridades pertinentes ya que este senor no andaba en buenos caminos y su muerte se consideraba sospechosa por prematura e inesperada.

En una esquina en la sala de la casa había un féretro y adentro de ese féretro estaba el cuerpo del que en vida fue Roberto el patriarca y señor de esa casa. Se podía notar en la cara del difunto una expresión de terror que ni aun los maquillajes que utilizaron preparando a este muerto, para que luciera bien en el féretro pudieron esconder o disimular este hecho.

Roberto vivía con una mujer en esa casa y un hijo que tuvieron juntos que ya tenía seis años, Roberto  nunca llego a casarse con esta senora, pero vivían juntos como marido y mujer. Muchos fueron al velorio, pero la gran mayoría fueron para cerciorarse de que Roberto ¡si! Estaba muerto.

No había pasado mucho tiempo de haber terminado los rosarios y otras ceremonias que se acostumbran en los velorios, cuando todos empezaron a desfilar a sus hogares u otros sitios, solamente quedaron con el muerto, su hijo y la madre del niño .

El niño estaba bien apegado a su padre y no comprendía mucho esta temática de la vida y la muerte. Tampoco se puede esperar mucho de un niño de seis años y la seriedad de esto. Acercándose la hora de dormir, el niño decide quedarse a dormir en la sala y le ruega a su madre lo permita quedarse en un catre que tenía para alguna emergencia, en la sala cerca de su padre que estaba en el féretro. La madre le dice “que estaba bien” y se retira a su cuarto no antes después de apagar las luces de la casa.

Ya cerca de la media noche, el niño escucha un leve toque en la puerta principal de la casa que estaba en la sala y una voz que suavemente decía “Roberto ábreme la puerta”, el niño medio soñoliento, pensó que soñaba y a los pocos segundos vuelve a escuchar que alguien está tocando la puerta y una voz bastante aguda que decía “Roberto ábreme la puerta”, el niño sin hacer mucho ruido se sienta en el catre y espera un rato a ver si volvían a tocar la puerta de entrada y llamar a su padre que yacía muerto en el féretro en la sala.

De momento dan varios golpes en la puerta y esta vez una voz bastante fuerte como enojado que decía “Roberto ábreme la puerta”, el niño asustado por el tono fuerte de la voz brinca del catre y corre hacia el cuarto en donde estaba durmiendo su madre, cuando el niño llega al cuarto, la  llama “¡mama, mama despierta!, ¡mama, mama despierta!” La mama se despierta y le pregunta al niño “que pasa hijo.” El niño le cuenta que afuera de la casa hay un hombre buscando y preguntando por su padre Roberto, la madre del niño le dice, “vamos a ver quién es el que toca la puerta y llama a tu padre,” al momento ambos salen del cuarto la madre del niño prende las luces de la casa y llegan a la sala en donde se encuentra el féretro de su marido en una esquina cerca de la puerta principal, no paso un minuto cuando vuelven a tocar en la puerta principal bien fuerte de nuevo y la voz varonil bastante aguda que dice,

“Roberto ábreme la puerta que he venido a buscarte”, la madre del niño aterrorizada le contesta al hombre que está afuera, “Roberto mi marido está muerto, que es lo que usted quiere.”

De momento las luces de la casa se apagan y prenden de nuevo una y otra vez, varias veces y finalmente se quedan apagadas, el féretro que estaba en la esquina de la sala de momento y bruscamente se mueve solo y llega hasta centro en el mismo medio de la sala

Y se oyó un quejido angustioso que venia del féretro “¡noooo!” y una carcajada espeluznante y macabra que se escuchó en toda la casa “jajajaja” con la voz aguda del hombre que estuvo llamando a Roberto anteriormente. La madre y el niño se cubren los oídos con las manos hasta que los sonidos macabros pasaron y fueron varios y más que suficiente los quejidos espeluznantes.

La madre del niño aterrorizada y llena de pánico se arrodilla en la sala y eleva una plegaria para que Dios, protegiera a su hijo y a ella de ese mal endemoniado que estaba ocurriendo en su casa, al poco tiempo, de la mujer estar rezando, se siente una calma y ya no se oyen esos ruidos macabros y desesperantes. Al

rato de llegar la calma, la madre del niño por curiosidad se acerca a la puerta principal y la abre, ella y el niño miran tentativamente afuera de la casa y no ven a nadie, los dos sacan un poco las cabezas hacia afuera, luego miran hacia el lado de la casa y pueden observar a un hombre alto y esbelto todo vestido de negro con un sombrero del mismo color, que se va acercando a la casa contigua, y cuando llega a la entrada principal de esa casa se adentra en ella, atravesando la puerta que estaba cerrada como si él fuera un espíritu o algo sobrenatural, de momento se escuchó un quejido de ultra tumba que provenía de la casa contigua la misma en la cual el hombre vestido de negro acababa de entrar.

La madre del niño cierra la puerta de un sopetón y al mirar en la sala las luces habían regresado y el féretro de su marido estaba en la esquina de la sala no en el centro de ella. La madre y el niño se sientan en el catre y se quedaron ambos dormidos.

De pronto se escucha un toque en la puerta, la madre se despierta desorientada y preocupada pensó quien estará tocando en la puerta, pero observa que por una de las ventanas de la casa estaba entrado la luz de un nuevo día. Ella se levanta y abre la puerta y afuera estaba un hombre vestido de gris, se identifica con una placa como que era un detective de la policía. El detective le pregunta, “señora usted por casualidad anoche escucho algún ruido extraño vio a alguien o algo que le haya creado alguna sospecha a usted”, la madre del niño, mira su hijo, luego mira el detective y le dice  “no nosotros anoche no escuchamos ni vimos nada fuera de lo común, *ella le pregunta al detective, “¿Por qué?” El detective le contesta, “porque el vecino de la casa contigua a la suya lo hemos encontrado muerto y con una expression de terror en su cara, esto sucedió anoche, ella con una cara de asombro le dice al detective, que raro lo que son las cosas de la vida él estuvo anoche en el velorio de mi marido y hoy en la noche yo tendré que ir al velorio de él. 

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