El Retrato de la Boda
written by: Francisco Bravo Cabrera
@euskadi_bakero
Encima del piano aquel que nadie toca,
sobre un mantel ajado y polvoriento,
y en un marco de plata ya muy negro
está el viejo retrato de la boda.
Cuantas caras y cuantas sonrisas
me miran desde tiempos muy lejanos,
los viejos ya se han ido con las brisas,
y tanto y tanto que los extrañamos.
¿Los jóvenes?
Algunos se han quedado por las partes más amargas del camino,
aunque algunos siguen bien y siguen vivos
así corre la vida, así se esfuma también lo vivido.
Sesenta y siente cálidos inviernos,
con sus respectivos gélidos veranos,
no me ha pasado lentamente el tiempo,
soy un viejo, ando muy lento,
estoy cansado.
Pero aquel día el otoño con sus soles
baño de luz la fiesta con colores,
al lado del arroyo bellas flores,
cantaban alegrías a sus amores,
La boda fue la fiesta donde tantos
bailaron al compas de las estrellas,
por sevillanas, bulerías y tangos,
alegres y feliz, ¡Qué noche aquella!
Pero a prisa pasan las generaciones,
cambiando lo vetusto de mi barrio,
el arroyo es pista ahora de bicicletas
y el zumo de los cítricos ya ahora es agrio.
Y el piano polvoriento y desafiante,
se niega a darle paso a las termitas,
se mantiene allí firme negro y blanco,
sujetando así mis fotos favoritas.
Noventa años por mi frente ya han pasado,
acercándome al infinito ya me encuentro,
pero guardo en mi silencio el primer beso
que te di ante aquel altar con tanto intento.
La soledad, imperfecta, burda, abstracta,
compite con la muerte que es perfecta,
de mi sillón veo el gentío que frente pasa
y que nunca llegan a tocar mi puerta.
Y encima del piano viejo y polvoriento
Los convidados de la boda me corean,
“La vida es solo un sueño viejo triste,
no seas tan asno y no reniegues de ella.”
NOTE FROM THE AUTHOR:
As an artist and thereby an observer of society…which provides me most of the tools of my work…I have been noticing the silence of the elders who are usually ignored by most people of younger generations or taken for granted. But as one ages, one’s spirit, one’s likes and dislikes and one’s desire to communicate, love and participate in life does not diminish. However, it can begin to fade away in a life of solitude. I think we should all try to understand each other much better and lend the proper respect and consideration to our elderlies. It is what they deserve.
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